Hay tanto poder en una decisión que nace en un lugar más allá del deseo. Casi que se concibe hermafroditamente. Es independiente y simplemente es. Es mejor aliarse incondicionalmente con lo que es. Y saber que tendrá un desarrollo propio y sin cordón umbilical. Y nacerá sin partera y en un día absolutamente inesperado. Y no se trata de un dejar ser. Porque simplemente es, dejes o no. Hay tanto poder en una decisión que nace en un lugar sin espacio y sin tiempo de ti. Solo contempla su transcurrir en ti. Eso se llama poder interior. Lo que da nacimiento a todo, y todo, es todo.