La enfermedad no es una maldición, es una propuesta de solución. Es el camino de vuelta a la salud. Es un movimiento del espíritu que permite un reencuentro profundo con la vida y con el amor. Porque la enfermedad hace que observes cuáles son esos patrones de estilo de vida y de comportamiento, que te alejan de la vida y del amor por ti. Te sugiere mirar lo que comes y cuándo comes, ¿estás buscando alguna forma de gratificación en lo que comes? Pero esa manera de comer, te aleja de la vida y del amor por ti, y la gratificación que buscas, allí no la encuentras. Queda un mayor vacío. Tal vez la puedas estar buscando en una sustancia que te “desconecta” de lo que no quieres afrontar y resolver. ¿No sabes cómo? Pregunta al experto, al que es autoridad en el tema.

Es un movimiento circular de reconciliación, que puede atravesar varias generaciones. No hay curación sin sanación. ¿Qué es lo que tienes que sanar? ¿Cuál es ese patrón de comportamiento o en tu forma de pensar que se repite incansablemente y te lleva a más de lo mismo, alejarte de la vida y del amor por ti.

La propuesta es que regreses a ti, te reconcilies con tantas cosas en ti y vivas la sanación.

La función biológica del útero va desde la concepción hasta el parto. En consecuencia, los conflictos van:

desde el Conflicto Sexual (en el acto sexual), es decir, Conflicto Sexual que se considera Fuera de la Norma, Sucio; hasta el Conflicto Familiar (nidificación imposible de la familia); pasando por el Conflicto de Pérdida (hijo, progenitor o algún familiar querido).

En nuestra cultura, existen falsas creencias alrededor del sexo y la sexualidad; creencias desde lo “malo y sucio” que es el sexo si no ha habido una unión religiosa o civil, lo cual es una absoluta falsedad que le resta belleza e inocencia a la sexualidad, cuando es vivida desde la consciencia despierta.

Cuando la familia no es ese nido de protección y amparo, confianza y solidaridad, ese Conflicto familiar se expresa en las patologías uterinas.

Cuando hay la pérdida de un hijo o hija, no necesariamente en muerte física, sino presenciar la vida de ese hijo o hija perdida en cuanto a objetivos, propósitos, evolución a todos los niveles de vida. Una vida perdida por distintas razones tales como uso de sustancias alucinógenas, irresponsabilidades o inconstancia en la consecución de sus metas.

La otra relación de las patologías de útero, es el manejo del miedo y la responsabilidad.

¿Miedo a qué? Es la pregunta a hacerse.

Y con respecto a la responsabilidad, las preguntas son, ¿quiero hacerme responsable de todo? ¿quiero delegarlo todo? ¿me cuesta trabajo asumir la responsabilidad que me corresponde en alguna situación?

Estos temas pueden ser trabajados en un bello proceso terapéutico que decidas hacer contigo. Y así te des la oportunidad de vivir la vida de otra manera.

Te espero!