Cuando el miedo es la jaula, ninguna puerta abierta de par en par, será traspasada. Ahí esta la puerta abierta y puedes desplegar tus alas y volar tan alto y lejos como creas posible. En frente tuyo, el horizonte de posibilidades. El pájaro que siempre ha tenido alpiste y agua, y ese lugar seguro de animales amenazantes a su vuelo, duda de salir volando de su jaula por miedo a perder su tal comodidad. Se convirtió en su zona de seguridad, a qué precio? Su libertad. Ahora puede volar a su antojo y en cielo abierto. No sabe usar sus alas en tanto espacio. Lo ha hecho en el limitado espacio de la jaula. Con comida segura, cobijo de tempestades y toda clase de peligros. Volar, significa ser su cuidador y guardián de su propia supervivencia. Podré hacerlo? Pregunta lógica. Cuáles son las garantías? Nada ni nadie puede darle esa respuesta. Sólo en la experiencia de traspasar el umbral de la jaula, volar y explorar el cielo despejado, encontrará su auténtico poder. Sólo en el aprendizaje del paisaje decidirá rumbos de bienestar, crecimiento y expansión de su nueva vida, su nueva identidad de proveedor de todo cuanto necesite y quiera. Entonces el miedo ya no será una jaula. Y en sus alas, tanta libertad como decida.