Cuando estés sin claridad en tus pensamientos, siéntete. Haz un silencio profundo. Aíslate. Y que tan solo quede el sonido de tu sentir más sonoro. La vida, el Universo, una fuerza que lo organiza todo, te da tantas señales a través de distintas maneras. Te habla en el lenguaje de lo sutil y en medio de lo cotidiano. Si tienes la “boca callada” y los oídos de tu más adentro atentos, ves claramente respuestas, salidas, comprensiones, claridades y dedos desde la divinidad, señalándote caminos, realidades y sobre todo, la libertad que regala la verdad de todo. Deja que el pensamiento bambolee dentro de ti, no le hagas caso, déjalos caer. Ve a tu sentir y obsérvalo. Ya no pienses, siente y no pienses lo que sientes; sólo siente. Verás todo tan luminosamente claro. El cuerpo habla y si tu alma escucha, un velo que lo empañaba todo, cae. Siéntete.
En el cuento del otro…
…uno es el malo, dicen. En el cuento de uno, el otro es el malo? Has que las